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Thursday, March 16, 2006

EleNa GaRrO

“Todo tiene vida y muerte, los segundos, los minutos , las horas, los meses y los años, a todo se lo lleva el tiempo. Cuando el sol sale es vida, cuando la luna aparece es parte de una muerte efímera en donde duermes y sueñas”.
Elena Garro.
La rubia con ojos cafés y fiereza de tigre


Elena Garro narradora Mexicana, fue además guionista, coreógrafa y periodista. Hija del español José Antonio Garro y de la mexicana Esperanza Navarro. Nació en puebla el 20 de diciembre de 1916 (aunque ella solía cambiar el año a 1920) y murió el 22 de agosto de 1999. Casi no se habla de ella con la dignidad debida, pues la mayoría de las veces se le conoce por haber llevado en vida el titulo de “la esposa de Octavio Paz”, nombramiento que le daría, y le sigue dando, una carga muy pesada a su existencia. Es un poco difícil dar con datos acerca de ella que sean relevantes, no biografías tristes que hablan de una sombra literaria, cosa que no es cierto.

Auténtica expositora de la psicología femenina. De carácter fuerte, desde pequeña se mostró hiperactiva y brillante, paradójica, caprichosa, exigente, merecedora de todas las ofrendas (ya que era una “güerita”atractiva. El encanto –dice Elena- es una manera de engañar al prójimo y un artificio maléfico.)

Su niñez transcurrió de lo más normal en Iguala, Guerrero; hasta que en algún momento de su adolescencia, decidió viajar a la Ciudad de México para estudiar literatura, coreografía y teatro en la UNAM. Y es durante esa época, de estudiante, que conoce a Octavio Paz, con el que posteriormente se casaría y tuviera su única hija: Helena Paz Garro. A partir de aquí todo cambió, pues sería la protagonista de tan sonado romance en la comunidad intelectual de la época, y a ella le modificaría toda su perspectiva acerca de la vida “empecé a tener miedo cuando me case”. Siempre había alguien al acecho…algún hombre o grupo que quisiera eliminarla (lo mostraría en sus obras: andamos huyendo, Lola, Joaquín Mortiz, 1980).

“Para todos la vida es un camino de espinas. Creo que nos toca una rosa de vez en cuando, pero en general te tocan cardos. Yo de niña no era desdichada, yo sí creía que eran puras flores, pero no es así”.

Su matrimonio, que duraría veinticuatro años de 1939 a 1963, influye fuertemente en su trabajo, ya que algunas de sus novelas giran en torno a la figura del que fuera su marido.

Aunque se le conocía por monárquica y muy religiosa, se volvió en una activista social al observar las injusticias de las que eran (todavía son) victimas los indígenas de este País. Se entregaban tierras, pero no la maquinaria así qué no había con que cultivarlas y los dueños recibían tierras agotadas, difíciles de trabajar. Los indígenas dejaban sus tierras para acudir a las dependencias oficiales donde esperaban horas, días y semanas, amontonados, durmiendo en la calle.

Elena se indignó y se volvió defensora de los indígenas, no le tembló la voz para decirle sus verdades a las autoridades, a quiénes les provocaba miedo por su inteligencia y capacidad de convocatoria, y les exigió a gobernadores, a banqueros, a terratenientes la devolución de las hectáreas de tierra que les habían expropiado para construir sus casas de campo con alberca en Cuernavaca.

Existe una anécdota de cuando defendió a los campesinos de Morelos, de Ahuatepec, de Atlixco, de Cuernavaca. Amiga entonces del Jefe del Departamento Agrario, Norberto Aguirre Palancares, se la pasó en la secretaria de la reforma agraria de la ciudad de México arreglando los asuntos de limites de tierras y de escrituras, y como estos tardaban varias semanas, alojó en su casa no solo a los campesinos que no tenían casa ni comida, sino al líder de los copreros. Ella hizo todos los tramites para que los pobladores de Ahuatepec recuperaran sus tierras.

En 1937, junto con varios escritores mexicanos incluyendo a Octavio Paz, su pareja de ese momento, asistió a un congreso de escritores antifascistas en Valencia, España. A partir de 1938, y de nuevo en México, comenzó a trabajar como periodista colaboró en La revista de la universidad de México y La palabra del hombre, entre otras.

Viajó después por Europa, Japón. Vivió en Estados unidos de Norteamérica, donde se siguió desempeñando como periodista, y Francia. Después de ser reportera, escribió dramas, novelas y cuentos. En 1953 escribió los recuerdos del porvenir (Premio Xavier Villaurrutia,1963) novela revolucionaria y llena de poesía. El escritor Carlos Monsiváis hace este comentario acerca de la obra:

“ en esta novela ya están presentes la perspicacia, la inteligencia, el instinto poético, la destreza narrativa, la capacidad de crear personajes que en alguna medida son al mismo tiempo metáforas de un paisaje onírico. Si en relación verdadera con el realismo mágico atendida a su creencia fervorosa en la poesía, Elena Garro describe esa provincia mexicana dividida por la guerra cristera y la delimita utilizando los rencores de las pasiones amorosas y la belleza que a pesar de la guerra continúa, su libro de cuentos la semana de colores es excelente y en especial 'la culpa es de los tlaxcaltecas' , una obra maestra”.

Por ser una persona hiperactiva y una mente pensaste e inconforme ante la situación social y política de su tiempo, desde 1965 escribía artículos a favor de los campesinos. Fue perseguida y atacada, esto se intensificaría durante los sucesos del 68 en México, obligándola a un exilio “Me fui porque estaba muy enojada con México, en el 68 me dijeron muchas majaderías en los periódicos” “Donde voy, no sé por qué, tengo la mala pata de armar desmadres”.

Invadida por una fuerza poética su pluma es creadora de un reino fantástico y partícipe del realismo mágico. Ella es la heroína de sus novelas; al igual que sus personajes femeninos se va arruinando y la acompañan en su derrumbe sus fieles seguidores, amigos, enamorados… los encantados.


La obra de Elena Garro abarca varias disciplinas:
TeatroFelipe Ángeles; Un hogar sólido; Los pilares de doña Blanca; El rey Mago; Andarse por las ramas; Ventura Allende; El encanto, tendajón mixto; Los perros; El árbol; La dama boba; El rastro; Benito Fernández; La mudanza; Parada San Ángel; La señora en su balcón.
NovelaLos recuerdos del porvenir (1963); Testimonios sobre Mariana (1981); Reencuentro de personajes (1982); La casa junto al río (1983); Y Matarazo no llamó; (1991); Inés (1995); Busca mi escuela y primer amor (1996); Un traje rojo para un duelo (1996); Un corazón en un bote de basura (1996).
CuentoLa culpa es de los tlaxcaltecas (originalmente La semana de colores) (1964); Andamos huyendo Lola (1980); El accidente y otros cuentos inéditos (1997)
TestimonioMemorias de España 1937 (1992)
ReportajeRevolucionarios mexicanos
Obra póstumaMi hermanita Magdalena (1998

1 comment:

Anonymous said...

Excelente artículo, es difícil encontrar información sobre Elena Garro.