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Saturday, February 18, 2006

CESAR VALLEJO


César Vallejo nació en Santiago de Chuco, Perú, en 1892. En 1918 publica su primer libro de poemas: Los heraldos negros. En 1920 es acusado injustamente y encarcelado durante 112 días. En 1922 publica Trilce; un año después algunas prosas y viaja a París.
En 1928 viaja a la Unión Soviética y a su regreso a París rompe con el APRA. En 1929 regresa a la Unión Soviética y un año después viaja a España. Regresa a París pero es expulsado por razones políticas; se translada entonces a España de nuevo.
En 1931 publica su novela Tugsteno. Viaja de nuevo a la Unión Soviética y se inscribe en el Partido Comunista de España. En 1932 regresa a París y vive en la ilegalidad. En 1937 asiste al Congreso de Escritores Antifascistas en Madrid.
Murió en Paris, un día del cual tenía ya el recuerdo, en 1938. En 1939 se editan, de manera póstuma, los Poemas humanos.
LOS HERALDOS NEGROS
Hay golpes en la vida, tan fuertes…
Yo no sé!
Golpes como del odio de Dios; como si ante ellos,
la resaca de todo lo sufrido
se empozara en el alma… Yo no sé!
Son pocos; pero son… Abren zanjas oscuras
en el rostro más fiero y en el lomo más fuerte.
Serán talvez los potros de bárbaros atilas;
o los heraldos negros que nos manda la Muerte.
Son las caídas hondas de los Cristos del alma,
de alguna fe adorable que el Destino blasfema.
Esos golpes sangrientos son las crepitaciones
de algún pan que en la puerta del horno se nos quema
Y el hombre… Pobre… pobre! Vuelve los ojos,
como cuando por sobre el hombro nos llama una palmada;
vuelve los ojos locos, y todo lo vividose empoza,
como charco de culpa, en la mirada.
Hay golpes en la vida, tan fuertes… Yo no sé!.
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Entre el dolor y el placer...
Entre el dolor y el placer
median tres criaturas,
de las cuales la una mira a un muro,
la segunda usa de ánimo triste
y la tercera avanza de puntillas;
pero, entre tú y yo,
sólo existen segundas criaturas.
Apoyándose en mi frente,
el día conviene en que, de veras,
hay mucho de exacto en el espacio;
pero, si la dicha, que, al fin,
tiene un tamaño, principia,
¡ay! por mi boca,
¿Quién me preguntará por mi palabra?
Al sentido instantáneo de la eternidad
corresponde este encuentro
investido de hilo negro,
pero a tu despedida temporal,
tan sólo corresponde lo inmutable,
tu criatura, el alma, mi palabra.
mas de su poesia:

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